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El Impacto de la familia en nuestra fe

¿Cómo influye nuestra familia en nuestra fe?

¿Hasta qué punto es importante que nuestra familia nos apoye cuando decidimos seguir a Cristo?

¿Cómo puedo ser luz para los que están a mi alrededor?

Introducción

Los seres humanos no vamos a dejar de cometer errores hasta el día de nuestra muerte, debido a nuestra naturaleza pecaminosa y precisamente por eso vamos a la iglesia, oramos y buscamos alimentarnos de la Palabra para seguir creciendo en el carácter de Cristo para que nuestros errores sean menos garrafales día tras día.

Muchas veces nos preguntamos si seguir a Cristo nos va a implicar tomar decisiones difíciles o incómodas, buscamos formas de cómo deberíamos actuar y nos formamos estereotipos de lo que debemos ser, pensando en nuestra familia; éste es un punto crucial, es posible que empecemos a cometer errores en nuestro camino de la fe o que sigamos las instrucciones de Dios; sino seguimos su dirección se empieza a tergiversar la forma en que se llevará a cabo el propósito de Dios en nosotros debido a que somos en muchas ocasiones los que diseñamos el plan a seguir y no permitimos que sea el Señor quien dirija la obra en nosotros y en nuestra familia. 

Sin duda que nuestra familia nos apoye en ésta gran decisión es muy importante; pero qué sucede si no tenemos su respaldo y por el contrario se convierten en nuestros oponentes?

Enfoque Principal

Sin duda no es un tema sencillo, para algunos hay una férrea oposición y es ahí cuando digo que Dios se glorifica a pesar de cualquier circunstancia. Cuando el Señor hace un llamado a nuestro corazón para seguirlo de manera auténtica, casi siempre tendremos oposiciones que se levantarán en donde más nos cuesta o nos duele, el propósito, tratar de convencernos que estamos equivocados, ahí se vuelve clave entregarle nuestras batallas a Dios teniendo en cuenta que se trata de luchas espirituales.  

Orando por éste tema, veamos cómo podemos entregarle estas batallas a nuestro Padre según lo que él nos guía en su Palabra:

2 Corintios 12:10 »Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil.

Observemos como el Apóstol Pablo le indica en sus cartas a los Corintios que en medio de su sufrimiento reconocía la debilidad como la  oportunidad perfecta para que Cristo se glorificara, para que Cristo actúe en vez de nosotros mismos. Sin duda es la mejor decisión si de nuestra familia se trata, ya que nuestros seres más significativos muchas veces serán la piedra en el zapato en nuestra manera de seguir el camino de nuestra fe en Dios.

He vivido y conocido muchos casos donde ésta situación es una realidad, y es hermoso recibir esta directriz de parte de Dios para darnos cuenta que no estamos solos y que en ese punto es donde Cristo quiere que le empecemos a reconocer como nuestro Señor, a quien debemos escuchar y obedecer. Él conoce de antemano la situación y por ello nos dijo que no iba a ser fácil, que íbamos a tener oposiciones, sin embargo también nos dijo que debíamos confiar en él porque estaría con nosotros y que su poder se iba a perfeccionar en nuestra debilidad. 

Justamente esa debilidad es la que conoce muy bien nuestro enemigo y la usa en nuestra contra para hacernos tropezar y formar una mentira en nuestra mente, y su estrategia se entreteje usando a nuestros seres más cercanos, a los que más amamos o simplemente a quienes están a nuestro alrededor.

Dios me enseñó después de varios intentos fallidos de defenderme a mi manera, que la mejor forma que tengo para enfrentar esta batalla es entregársela a él en oración y mantenerse confiado en su plan, lo que él dijo lo cumplirá por encima de las artimañas del enemigo y su luz brillará no solo para nosotros sino para los que están a nuestro alrededor en su tiempo perfecto. 

Ahora veamos lo que nos quiere decir al respecto en el siguiente versículo:

Josué 1:9 » Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas.

Pareciera que éstos dos pasajes que nos ha entregado el Señor se contradicen, más no es así; cuando muere Moisés y Dios llama a Josué para que guíe su pueblo de Israel a ir a la tierra que Dios mismo le prometió, con ese llamado le hace unas advertencias que las sustenta muy bien a través de las promesas, “Nadie podrá derrotarte jamás, porque yo te ayudaré”, “Nunca te fallaré ni te abandonaré”, eso quiere decir que no iba a ser fácil; luego le da instrucciones a seguir, “Sólo te pido que seas muy fuerte y valiente”, “Así podrás obedecer siempre todas las leyes que te dio mi servidor Moisés”, “No desobedezcas ni una sola de ellas, y te irá bien por dondequiera que vayas”, luego le indica que se mantenga estudiando y aplicando a su modo de vivir la Palabra para que tenga éxito en todo lo que haga.

Hoy me resulta muy clara la perspectiva en que Dios presenta el plan a seguir, no nos miente en que será una tarea fácil, nos dice que él estará con nosotros, por tanto lo necesitamos para que haga su parte de lo que él mismo dirige, y al tiempo nos indica que debemos hacer nosotros mientras tanto.

El “ser fuertes” en mi experiencia personal, tuve que entender que esa fortaleza viene de Dios y que no podemos permitir hacer las cosas en nuestra propia voluntad y fuerza, sino que busquemos en oración y leyendo en su Palabra las maneras correctas de hacernos fuertes en él, sobre todo cuando nos sentimos heridos, débiles, vulnerables y atacados por el temor y tal vez por el señalamiento de las personas que más amamos en nuestra vida. Es ahí donde se nos llama a ser sabios y empezar a depender 100% de Dios, puedo ver como Josué en todo momento estaba leyendo la Palabra, orando y comunicándose con Dios para que sus batallas fueran entregadas en sus manos por la misericordia y el poder de quien estaba e iba con él, su Padre Celestial.

Conclusión

Para Dios la familia es muy importante, y si contamos con su apoyo es maravilloso, es tan así que puso su creación basada en una familia (Adán y Eva), y desde un principio sabiendo lo que había hecho Dios, el enemigo buscó dividir, destruir y distorsionar el propósito que el Señor depositó en el amor que sentimos por nuestros seres queridos y ellos por nosotros. 

No es de extrañarse que las oposiciones más fuertes, cuando decidimos caminar una vida de fe con Cristo vengan de los que más amamos. Si es tu situación, así como la mía en muchas ocasiones, te animo a que reconozcas que no nos pertenece esa batalla totalmente y que en nuestra debilidad es donde Dios se glorifica.

Yo tuve que empezar a aprender (aún lo sigo haciendo) a entregarle esas situaciones al Señor en medio de mi frustración, para que él haga su voluntad, si él lo prometió no tengo duda que lo va a cumplir; sí, estamos llamados a ser luz,  mas no en fuerza propia, sino a la manera, en el tiempo y según la estrategía de Dios. Así como Josué debemos meditar en su Palabra en todo tiempo para que podamos ver a nuestra familia como parte del proceso y no detenernos a mirar sólo la circunstancia para convertirlos en nuestros enemigos, estamos llamados ver con amor sus vidas, sus emociones, y sobre todo con la misma Gracia que Dios nos ha visto a nosotros; la mejor estrategia que podemos seguir es orar para que Dios haga lo que no es posible para nosotros, alcanzar su corazón; mientras tanto nosotros seguimos siendo obedientes y haciéndonos fuertes reconociendo que somos débiles y que toda lo obra le pertenece a Dios. 

Dios nos prometió que nosotros y nuestra casa le serviremos y basta que sólo un corazón dispuesto para que se ponga en ejecución Su plan para alcanzar hasta al más grande opositor que podamos tener en nuestra familia; permitamos que la luz de Cristo brille a través nuestro sin entrar en fricciones donde el único que sale ganando es el enemigo y sus mentiras. Tenemos la verdad que es Cristo y él nos dio la victoria ya en la Cruz por nuestra familia, él nos ama y a ellos también.

Familia: Centro del Plan de Dios

Algunos tips a tener en cuenta

  • Lee la Palabra y pídele a Dios dirección en cuanto a qué debes hacer si tienes una situación difícil con tu familia por cuestión de la fe.
  • No discutas abiertamente con tu familia temas de fe o religiosos, alguien saldrá ganando y no serás tú.
  • Cuando te propongan temas que no puedas evadir en el momento, antes de hablar pídele al Espíritu Santo que lo haga por tí.
  • Permítele a Cristo hablarle directamente a ellos sin que tú pronuncies  una sóla palabra.
  • Pídele a Dios Su verdadero amor para inspirar a las personas más cercanas de tu vida.
  • Está científicamente comprobado que enseñamos mejor a través de nuestro ejemplo más que con las palabras, modela a Cristo, persevera en la fe, mantente fiel a sus instrucciones.
  • Pregúntate cuando debas tomar una decisión, “qué haría Jesucristo en esta situación”?
  • Ora por tus seres queridos todos los días hasta que veas las promesas cumplidas por Dios, recuerda que ellos tienen su propias luchas.
  • No pelees contra tus seres queridos, sino contra las circunstancias que nos están bien en ellos, hazlo en intimidad con Dios.
  • Pide a Dios que te llene de Gracia, Amor y Favor antes de tener una conversación sensible con tus seres queridos.
  • Recuerda que todos tenemos nuestro propio ritmo, no forces las cosas, permite a Dios dirigir el barco, él conoce la ruta y el destino.
  • Muere a tener la razón así en el fondo sepas que la tienes, de que te sirve tener la razón y perder un hermano?, deja que Dios convenza por tí, él lo sabe hacer muy bien. 
  • Si tienes hijos y sigues a Cristo, es una bendición empezar a enseñar que nuestro verdadero amor familiar se fortalece en el amor que Dios tiene con nosotros y la importancia de que el centro de sus futuras familias sea el Señor Jesús.

Te bendigo y me encantaría saber cuál es tu opinión personal al respecto.

¡Nos leemos en los comentarios y en el próximo post, fuerte abrazo!

Jair Alvarez Polo

CEO – Fundador

Equipo Glorificarte

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